luego de un año (quizás un poco más) de salidas eufóricas, encuentros varios, viajes de diversión pura e incontables noches alcoholizada y muerta de risa... creo que llegué a un punto donde todo debe cambiar.
el debe suena a obligación, pero es en realidad una necesidad interna, una búsqueda de equilibrio.
luego de mi cumpleaños número 29, comencé a preguntarme si en realidad lo que tengo y hago es por gusto o por venir con un ritmo que continúa por inercia...
la respuesta es: no sé...
extraño estar sola y ser la más antisocial del mundo aunque sea por días salteados.
así fui un tiempo y era feliz. sólo que en el medio, me atropelló la formación completa del Roca y el Mitre juntos y me rompieron todo, dejando una angustia incontenible que solo fue equilibrada con la salida desmedida y sus condimentos.
pero definitivamente en mi ciclotímica vida volví a la parte donde la euforia deja de ser necesaria y se conviernte en una eventual sensación para determinadas ocasiónes.
todo muy lindo, todo muy rico... pero necesito paz. es eso.
hoy?
casa. tranquilidad. película. comida. soledad. paz!
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